En mi segunda entrada os traigo...
¡UN POEMA!
En concreto un soneto.
Lo compuse yo misma cuando tenía 14 años, como un ejercicio para la clase de lengua.
Antes de empezar a leer, os conviene saber que en esa época mi sueño era llegar a ser filóloga.
Os digo esto porque se tratan temas muy relacionados con la escritura y la profesión de escritor.
Otro de los temas fundamentales, es la vida. Sí, la vida.
Esa vieja amiga que todos conocemos y tememos.
Esa vieja amiga que nos trae sufrimiento, pérdidas y dolor, pero también alegría, esperanza y felicidad.
Es una de mis composiciones preferidas, y casi de la que más orgullosa me siento.
Ahora cuando lo vuelvo a leer me sigo sorprendiendo, ya que quizá si ahora tratara de componer un poema no me quedaría ni la mitad de bien.
Espero que os guste.
En cada dolor, cada sufrimiento,
pluma y tintero fieles compañeros
de la angustia, el dolor, los lamentos;
leales escribas de mi pensamiento.
Mas ahora me dispongo a escribir,
no hay composición finalizada
que con gusto de por acertada;
me pregunto, ¿habré yo de desistir?
Lo que antes eran preciosos sonetos
ahora es un mar de sufrimiento;
aprendiendo a nadar entre lamentos.
La experiencia me ha enseñado:
¡la vida es dura querido amigo!
El éxito no está garantizado.
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